Estimular la creatividad de las personas debería ser una tarea casi obligatoria en todas las empresas, sobre todo en un entorno volátil como el actual, en el que los cambios están a la orden del día, y se pueden producir situaciones disruptivas de alto calado que requieren tomar decisiones rápidas y novedosas. Y es que, contrariamente a lo que algunos directivos aún piensan, primero, la creatividad no es algo que se tiene o no se tiene: está comprobado que, en cierta medida, se puede trabajar, fomentar y potenciar; y, segundo, no es solo cosa de jóvenes: también existe la creatividad en la madurez, y esta está complementada con una experiencia más amplia. Tenerlo en cuenta es esencial para lograr una correcta gestión de la creatividad en las organizaciones, algo que puede convertirse en una herramienta valiosísima a la hora de buscar soluciones.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados