Santiago, Chile
Existe controversia acerca del efecto del sistema de vouchers sobre el aprendizaje, particularmente en el régimen escolar chileno. Por un lado, se arguye que la competencia de las escuelas por capturar y retener más alumnos, con padres que escogen las mejores, generaría un efecto virtuoso en el aprendizaje. Por otro, se dice que los padres no elegirían bien, las escuelas no reaccionarían a la competencia ni el propio Estado limitaría el cierre y la reasignación natural de alumnos. Para contribuir con evidencia en esta discusión, este artículo identifica factores relacionados con el cierre de escuelas en Chile y lo que ocurre con el destino de los alumnos de las escuelas cerradas. Con antecedentes de rendimiento por alumno y funcionamiento de escuelas para el período que va desde el año 2002 hasta el 2012, los resultados sugieren que la cantidad de alumnos por nivel se correlaciona en alto grado y negativamente con la probabilidad de cierre; que hay un quiebre estructural en la probabilidad de cierre al nivel de 42 alumnos por nivel, lo que presumiblemente está determinado por la calidad, y que, frente a la caída de alumnos, las escuelas municipales cierran menos que las escuelas particulares subvencionadas y las particulares pagadas, lo que es consistente con sus mayores restricciones políticas. Finalmente, hallamos que los alumnos cuyas escuelas cierran se tienden a mover a otras mejores, lo que desde el punto de vista de la recomposición de la matrícula es una consecuencia virtuosa
There is controversy about the effect of the voucher system on learning, particularly in the Chilean school system. On the one hand, it is argued that competition between schools to capture and retain more students, with parents choosing the best, should generate a virtuous learning effect. On the other, it is said that parents do not choose well, schools do not react to competition and the State itself limits school closures and the natural reallocation of students.
To bring some evidence to the debate, this article identifies factors relating to school closures in Chile and what ultimately happens to the students from the closed schools. Drawing on information about individual student performance and school operation for the period from 2002 to 2012, the results suggest that the number of students per level correlates heavily and negatively with the likelihood of closure;
that there is a structural break in the likelihood of closure at the level of 42 students per level, which is presumably determined by quality;
and that when the numbers of students drop, municipal schools are less likely to close than subsidized and unsubsidized private schools, which is consistent with the greater political constraints on them.
Lastly, we find that students whose schools close tend to move on to better ones, which from the viewpoint of the recomposition of school enrollment is a virtuous consequence.
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