Madrid, España
En materia de transparencia y accesibilidad, la Administración de Justicia presenta características que la diferencian sustancialmente de las restantes Administraciones públicas. Por ello, se impone en este ámbito delimitar con fineza qué clase de transparencia es la que demanda la sociedad con respecto al funcionamiento del sistema judicial. Errar en este diagnóstico pone en riesgo una dimensión esencial en este ámbito: el grado de accesibilidad del sistema y, consecuentemente, el nivel de confianza y de credibilidad social que amerita entre la ciudadanía. De una Justicia eficiente pero sin autoridad moral difícilmente pueden esperarse frutos. El buen sistema de Justicia debe generar en sus justiciables el convencimiento de que sus asuntos van a ser tratados no sólo diligente y competentemente sino además de la forma más ecuánime, recta y equilibrada posible. Si no fuese así, resultaría injustificable la expropiación a los particulares de la tentación de hacer justicia por su cuenta, no en vano, la «potestas» del Poder Judicial es necesaria pero no suficiente para que el sistema se muestre como confiable y digno de respecto; para ello precisa además de «auctoritas», es decir, de la capacidad moral para emitir una opinión cualificada sobre una decisión. Y esa cualidad, no puede venir únicamente de la mano de las previsiones legales, necesarias sin duda, pero absolutamente insuficientes si no se logra alcanzar una legitimación social, verdadero marbete identificativo de la Justicia de calidad, y únicamente alcanzable desde la independencia, la transparencia, la accesibilidad y la excelencia doctrinal.
In terms of transparency and accessibility, the Administration of Justice presents characteristics that differentiate it substantially from the other public Administrations. Therefore, it is necessary in this area to delimit with finesse what kind of transparency is demanded by society with respect to the functioning of the judicial system. To err in this diagnosis puts at risk an essential dimension in this field: the degree of accessibility of the system and, consequently, the level of trust and social credibility that merits among the citizens. Efficient justice, but without moral authority, can hardly be expected. The good system of Justice must generate in its defendants the conviction that their affairs are going to be treated not only diligently and competently but also in the most equanimous, straight and balanced way possible. If this were not the case, it would be unjustifiable to expropriate individuals from the temptation to do justice on their own, not in vain, the «potestas» of the Judicial Branch is necessary but not sufficient for the system to be shown as trustworthy and worthy of respect; for that, it also requires «auctoritas», that is, the moral capacity to issue a qualified opinion on a decision. And that quality, can not come only from the hand of the legal provisions, necessary without doubt, but absolutely insufficient if you can not achieve a social legitimacy, true identifier of quality Justice, and only achievable since independence, transparency , accessibility and doctrinal excellence.
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