Desde la entrada en vigor del nuevo Reglamento de Instalaciones de Protección Contra Incendios (RIPCI) el pasado diciembre de 2017, la extinción por aerosoles condensados se encuentra dentro de las opciones para poder proteger un riesgo, al igual que lo son, entre otros, los sistemas por agentes gaseosos, gases inertes o agua nebulizada (que también es incluida por primera vez en el RIPCI).
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