Vivimos el fin de una época, no un fin cualquiera, como lo fueron las dos guerras mal llamadas mundiales, sino el fin de la era de Occidente como epicentro del mundo. La era abierta con las grandes expediciones marinas, que permitieron a Europa dominar el planeta como nunca antes lo hiciera una región específica del mundo, pasa el testigo a dos grandes potencias asiáticas –China e India– y a una euroasiática –Rusia. Nada volverá a ser como fue conocido desde el siglo XV hasta el siglo XX. EEUU, heredero de Europa Occidental, no puede solo; tampoco da la suma con Europa, que es la OTAN. Es mejor irse acostumbrando...
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados