Patricia Ruiz Cota, Montserrat Bacardí Gascón, Arturo Jiménez Cruz
A lo largo de la historia de la humanidad, la obesidad ha estado presente en todas las culturas y civilizaciones. Representaciones de cuerpos voluminosos en figuras paleolíticas, indican la existencia de este problema. Además, existen evidencias de la estigmatización hacía las personas con obesidad desde hace más de 2000 años. En América Latina, México se posiciona entre los primeros cinco países con mayor prevalencia de obesidad. Del 2000 a 2016, el aumento de obesidad en mujeres adultas fue de 28% a 38,6% y en hombres de 19% a 27,7%. La obesidad abdominal en mujeres aumentó de 82.2% en 2012 a 87,7% en 2016 y en hombres aumentó de 64.5% en 2012 a 65,4 % en 2016. Resultados que sugieren un fracaso en las estrategias contra la obesidad. En las estrategias contra la obesidad implementadas en México, se han incluido principalmente tres elementos establecidos desde los griegos: 1) que la obesidad es consecuencia de mayor consumo de alimentos, 2) de una menor actividad física, y 3) la adjudicación de la responsabilidad de la obesidad a los individuos o a los padres de los niños con exceso de peso. Es decir, por un lado se han omitido evidencias sobre factores genéticos, epigenéticos y ambientales que suceden antes del embarazo, durante el embarazo y a lo largo de la vida, y se envía un mensaje que favorece la estigmatización a las personas con obesidad. Además, no se han hecho esfuerzos por reducir la pobreza y la migración, determinantes sociales asociados con la obesidad. Se deben valorar nuevas estrategias basadas en evidencias y de acuerdo a las características culturales de consumo y actividad física locales. De igual forma, es necesario considerar el acceso y disponibilidad de los alimentos, así como la cobertura, calidad de atención y prevención de la salud en diferentes regiones del país. Son necesarias las intervenciones tempranas sobre los factores prenatales, postnatales y antes de los cuatro años, con la participación de diferentes actores (gobierno, académicos, profesionsales, legisladores) de diferentes disciplinas, instituciones y estados del país.
Throughout humanity’s history, obesity has been present among all cultures and civilizations. Representations of voluminous bodies in paleolithic figures, as well as descriptions of excess of weight and its consequences in engravings and texts suggest the recognition of this problem since antiquity. In addition, there is evidence of stigmatization towards people with obesity for more than 2000 years. In Latin America, Mexico ranks among the top five countries with the highest prevalence of obesity. From 2000 to 2016, the increase in obesity in adult women was from 28% to 38,6% and in men from 19% to 27,7%. Abdominal obesity in women increased from 82,2% in 2012 to 87,7% in 2016, and in men increased from 64,5% in 2012 to 65,4% in 2016. Which means that anti- obesity strategies have not been effective. Among the anti-obesity strategies implemented in Mexico, three elements established since Greeks have been included: 1) that obesity is a consequence of high food consumption, 2) is consequence of less physical activity, and 3) the adjudication of responsibility of obesity to individuals or to the parents of children with excess weight. Evidence on genetic, epigenetic and environmental factors that occur before pregnancy, during pregnancy and throughout life have been omitted, and a message is sent in favor to the stigmatization of people with obesity. In addition, no efforts have been made to reduce poverty and migration, social determinants associated with obesity. New strategies based on evidence and according to the cultural characteristics of consumption and local physical activity should be evaluated. Similarly, it is necessary to consider the access and availability of food, as well as the coverage, quality of health care and prevention in different regions of the country. Early interventions on prenatal, postnatal and before four years of age are necessary, with the participation of different actors (government, academics, professionals, legislators) from different disciplines, institutions and states of the country.
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