Enunciado:
El directivo principal de una empresa de laboratorios de productos farmacéuticos llamada Soltist, S.A., con domicilio social en Tarahota, diseñó un plan de incentivación para la producción de varios medicamentos, especialmente destinados a la cura de enfermedades del riñón. Se trataba de incentivar, con entrega de dinero y otros beneficios en especie, la prescripción por receta médica de la Seguridad Social, de los medicamentos determinados por los laboratorios, aumentando así los beneficios empresariales, al socaire de un aparente seguimiento farmacológico del producto. Dirigió órdenes precisas a otros representantes (dependientes de él) en otras ciudades, quienes se ponían en contacto con médicos particulares y médicos de la Seguridad Social en ambulatorios. De esta forma, convenientemente informados por ellos, éstos (los médicos) procedieron a dispensar indiscriminadamente los medicamentos a los enfermos del riñón, cumplimentando las recetas al efecto. En algunos casos, los representantes también las rellenaban y las presentaban directamente en las farmacias. Se utilizaron nombres de pacientes de los médicos, ya jubilados, que como titulares de las cartillas de la Seguridad Social, y al margen de las enfermedades que pudieran o no tener, relacionadas o no con la enfermedad que se les suponía, podían figurar como destinatarios del medicamento en la receta, y que, en realidad, no habían sido vistos por los facultativos previamente. Por este procedimiento se cumplimentaron 302 recetas y se produjo un gasto contable para la Seguridad Social de 2.333.444 ptas. (14.024, 28 euros).
• Cuestiones planteadas:
1. Requisitos del delito de cohecho cometido y diferencias entre el acto del médico de la Seguridad Social y el médico particular. La consumación del delito.
2. Problemas de coautoría.
3. Las falsedades documentales de los médicos y representantes. Falsedad ideológica.
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