Cuba
En este trabajo se discute la inseparabilidad de las emociones y los procesos simbólicos como puntos fuertes de la teoría de la subjetividad. Esa unidad cualitativa es llamada por González Rey como sentidos subjetivos que son múltiples y que aparecen asociados a las experiencias de vida atravesadas siempre por construcciones simbólicas y emocionales. En los gobiernos totalitarios como el de Cuba, el control sobre la población se ejerce principalmente a través del miedo constante. Al pasar los años ese miedo ha tomado forma en diferentes estados subjetivos como la ira, el asco, la inseguridad, la tristeza y la indiferencia, que son expresión de configuraciones subjetivas que paralizan las posibilidades de generar nuevos sentidos subjetivos ante nuevas experiencias de vida. En ese clima subjetivo y social, los profesores cubanos realizan su labor educativa, en cuyo curso, en lugar de desarrollar amor por la profesión e interés por el desarrollo de sus alumnos, generan actitudes y conductas muchas veces inmorales en sus diferentes espacios de la vida social; incremento del alcoholismo, suicidio, deserciones en masas y predisposición a la violencia. Es imposible pensar y actuar como sujeto en el área profesional, cuando configuraciones subjetivas generadoras de miedo, ira, asco, inseguridad y tristeza aparecen constantemente en nuestra actividad. La integración y desdoblamientos de esos estados subjetivos van bloqueando el interés, la motivación, la concentración y la fuerza que esa actividad requiere.
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