En la década de los años 70 del pasado siglo las enfermedades producidas por virus y viroides eran el principal problema de la citricultura. La tristeza causaba estragos, no podía usarse en naranjo amargo como patrón y el resto de patógenos causaban daños de hasta el 25% de la producción e impedían la utilización de los patrones tolerantes a tristeza con mejor comportamiento agronómico. Para resolver esta situación se inició en 1975 el Programa de Mejora Sanitaria de Variedades de Cítricos basado en la entonces nueva técnica del microinjerto de ápices caulinares in vitro. El Programa ha permitido obtener más de 600 variedades sanas que los viveros han usado para producir más de 150 millones de plantones certificados y una reconversión total de la citricultura. Actualmente la sanidad de la citricultura es excelente y las enfermedades no causan daños en las plantaciones. Sin embargo las perspectivas sanitarias en el futuro son preocupantes. Es esencial conservar el nivel de protección actual y evitar la introducción de nuevas enfermedades, como el HLB, que podrían causar daños catastróficos. Conseguir este objetivo dependerá de la actuación y establecimiento de normas jurídicas adecuadas por las diversas Administraciones Públicas implicadas, de la actitud del sector privado frente a esta problemática y de los resultados de la investigación a nivel nacional e internacional
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