La concepción y gestión del almacén como parte esencial del plan estratégico es aún una tarea pendiente que, en el seno de la crisis conceptual presente, se abre paso dentro del proceso de replanteamiento de la institución museística. El potencial de estas áreas internas del museo se vincula precisamente con la gestión del conocimiento y, por tanto, con la documentación, la investigación y la formación, siendo preciso desarrollar un cambio, una transformación del concepto de “almacén” paralela a la de la propia institución.
En este sentido, se abandona progresivamente el concepto de espacio de “reserva”, “depósito” o “almacenamiento” pasivo y aletargado, por un área vital del museo, de gestión, investigación, difusión, tratamiento de colecciones; tornándose más dinámico, activo y, en la medida de lo posible, “abierto” y “participativo”.
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