Candela Zorzo Vallina, María Banqueri, Sara García Higarza, Alberto Martín Pernia, Jorge Luis Arias Pérez
Introducción. La estimulación magnética transcraneal (EMT) es una técnica de estimulación cerebral no invasiva que puede constituir una intervención terapéutica en multitud de trastornos psiquiátricos.
Objetivo. Revisar la eficacia de la EMT en la modulación de las funciones cognitivas, así como detallar las potenciales aplicaciones en tratamientos de trastornos psiquiátricos.
Desarrollo. La EMT ha sido empleada tradicionalmente para el tratamiento de diversas condiciones neurológicas o psiquiátricas debido a la modulación de la actividad de distintas áreas y redes cerebrales. Se observa beneficio terapéutico en trastornos depresivos, de ansiedad, de la esquizofrenia, de adicción, del neurodesarrollo, así como en daño cerebral adquirido y trastornos que cursan con neurodegeneración. Asimismo, constituye una técnica que presenta gran tolerancia y complementariedad con otras terapias. Sin embargo, existen dificultades para definir un tratamiento óptimo según qué patología: los parámetros de estimulación son muy variables y no se conocen en detalle los efectos a nivel celular en el sistema nervioso.
Conclusión. Si bien es cierto que los beneficios terapéuticos de esta técnica son numerosos, precisa de una mayor investigación. Es necesario detallar el mecanismo de acción que induce la terapia, así como los posibles efectos secundarios a largo plazo, si los hubiera. Ello permitiría diseñar protocolos de tratamiento específicos para diferentes alteraciones neurológicas.
Introduction. Transcranial magnetic stimulation (TMS) is a noninvasive brain stimulation technique that could be used as a therapeutic intervention in order to treat psychiatric disorders.
Aim. Reviewing the effectiveness of TMS in the modulation of cognitive functions and also detailing its potential applications in psychiatric treatments.
Development. TMS has been traditionally used for the treatment of a great variety of neurological or psychiatric conditions by modulating the activity in brain areas and networks. Therapeutic benefit has been found in depressive disorders, anxiety, schizophrenia, addiction, and neurodevelopmental disorders as well as in brain damage and neurodegenerative disorders. Moreover, TMS is a technique which offers great tolerance and can be used as complement with other therapies. However, it is not easy to define an optimal treatment for every pathology: the parameters of stimulation are variable, and its effects at the cellular level of the nervous system are not well-known.
Conclusion. While it is true that TMS provides many therapeutic benefits, it requires further investigation. It is necessary to detail the action mechanism of the stimulation and the long-term side effects, if any. This information would allow the design of specific treatment protocols for different psychiatric disorders.
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