La presente investigación evalúa la acción de un fertilizante con acción bioestimulante: SHINGO, teniendo como único objetivo demostrar su eficacia sobre el rendimiento en la producción de un cultivo tradicional de lechugas tipo Iceberg. SHINGO optimiza la resistencia de las plantas al estrés que provenga del trasplante o condiciones climáticas, e incrementa los rendimientos.
Las plantas se encuentran sometidas a condiciones adversas, como son las temperaturas extremas, viento, problemas de suelo, plagas, enfermedades y tantas otras que hacen limitar su producción por debajo de su potencial genético. Más aún los cultivos que se producen fuera de temporada, produciéndose diversos trastornos anatómicos y fisiológicos, que repercuten en el rendimiento y calidad de cosecha. Como una manera de evitar o minimizar estos problemas, surgieron en el mercado productos que activarían las plantas en situaciones de estrés, llamados genéricamente bioestimulantes (Arancibia, 2009).
Es reconocido que la fertilización foliar es de gran utilidad como complemento a la fertirrigación, las cuales, al estar bien aplicadas, permiten realizar correcciones rápidas de algunas carencias, especialmente de micronutrientes, en momentos puntuales donde la planta los necesiten (Mengel, 2002). Mediante la aplicación foliar es posible lograr mayor vigor de las hojas, lo que incide de una forma positiva en todos los procesos relacionados con la productividad de la planta, favoreciendo el desarrollo y crecimiento, mejorando el rendimiento y calidad de la cosecha, entre otros beneficios (Román, 2002). Sin embargo, la respuesta a la fertilización foliar es muy variable debido a los numerosos factores que interactúan, tales como modo de aplicación, características físico-químicas de la solución, condiciones ambientales y especie sobre la cual se aplicara la solución (Fernández y Eichert, 2009).
Los fertilizantes foliares con acción bioestimulante o bioestimulantes, se definen como productos que pueden reducir el uso de fertilizantes, aumentar el rendimiento y la resistencia al estrés por falta de agua o variaciones de temperatura e influir positivamente en el crecimiento vegetal y la fisiología. En general se elaboran en base a extractos de algas marinas, ácidos húmicos, micorrizas, vitaminas, fitohormonas y/o extractos vegetales metabólicamente activos, tales como aminoácidos y ácidos orgánicos y otros compuestos que pueden variar de acuerdo al productor.
Los bioestimulantes agrícolas se encuentran entre los productos más antiguos que se vienen utilizando en la agricultura. Siempre ha existido la necesidad de estimular el crecimiento de las plantas para aumentar los rendimientos y, tanto más, cuando el agricultor ve que su cosecha puede verse mermada, sobre todo después de haber pasado por una inclemencia meteorológica (AEFA 2017).
Las lechugas se cultivan en todo el mundo bajo diferentes sistemas de producción, al aire libre, bajo invernadero, en suelo y en hidroponía. En España es el cultivo más importante entre las hortalizas de hoja que se consumen en fresco, con una superficie que supera las 35.000 Has en producción.
La presente investigación evalúa la acción de un fertilizante con acción bioestimulante: SHINGO, teniendo como único objetivo demostrar su eficacia sobre el rendimiento en la producción de un cultivo tradicional de lechugas tipo Iceberg.
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