Madrid, España
En Rocroi (1643) la caballería española se reveló inferior a la francesa, que desde hacía algunos años se organizaba en regimientos. La derrota sería incluso más dolorosa en Lens (1648), donde los tercios iban ganando la batalla a la infantería francesa en el centro, pero se vieron obligados a retroceder por culpa de la caballería, que se retiró al poco de empezar el combate. La reacción dentro del Ejército de Flandes no tardaría en llegar: se castigó a los culpables y se modificó la estructura de la caballería, que a partir de 1649 se organizó en tercios. Las nuevas estructuras orgánicas, junto con la revisión de los métodos de ascenso y la inclusión de muchos soldados veteranos procedentes de la infantería, optimizaron su capacidad y profesionalidad. Su calidad mejoraría con el tiempo hasta el punto de que sería elogiada por los holandeses y otros aliados que lucharon frente a los franceses en Flandes durante la segunda mitad del siglo XVII.
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