Resumen de Los nudillos de Lorente, última arma de los jurados españoles en la lucha por el Gran Premio: dos héroes en La Croisette.

• En bermudas, mordisqueando una inmensa manzana, y con unas tremendas ganas de contar cada detalle de la ardua batalla que permitió a nuestro país conseguir el mejor palmarés de su historia. Eufórico. Así aparecía Fernando Nieto ante los periodistas españoles pocas horas antes de la clausura del Festival de Cannes. Durante más de sesenta minutos, él y Joaquín Lorente hablaron de rabias, de orgullo y de una dura conclusión: “Aquí no se puede venir en plan ingenuo. Esto es como jugar a los chinos”.

  Nieto y Lorente eran los únicos representantes de España en el supremo tribunal publicitario del planeta. Sentados en los feos sofás del rincón de un hotel, la pareja desgranó las interioridades del certamen: cómo Lorente tuvo que montar en hispánica cólera para que los ingleses no le arrebataran el Gran Premio a Pippin, por qué Pentel era oro y se bajó a plata, por qué a partir del tercer día del festival la simpatía hacia esos chicos españoles se convirtió en recelo, y por qué nuestra publicidad tiene un estilo propio, emotivo, exportable.