Gonzalo Arias Hofman, José Luis Rodríguez Rodríguez
El reciente colapso de un puente ferroviario sobre un cauce en Chile ha coincidido con la puesta en funcionamiento del Plan de Mantenimiento de los puentes mayores de la red de ferrocarriles de dicho país, gestionada por EFE. Este desgraciado suceso ha puesto de manifiesto la necesidad de planificar y aplicar las dos patas sobre las que se asienta un Plan de Mantenimiento:
• Las inspecciones, en sus diferentes niveles ya conocidos y consolidados por la experiencia • Las actuaciones periódicas A la hora de planificar las inspecciones, y de cara a optimizar los recursos, en el Plan de Mantenimiento se ha optado por clasificar los puentes en cuatro grupos, según un factor de importancia en una escala de 1 a 4. Este factor de importancia es novedoso y considera 14 parámetros, algunos de los cuáles son aplicables únicamente a los puentes ferroviarios (para los puentes carreteros se consideran otros factores diferentes), de los que el parámetro que refleja el estado de conservación de cada puente asume una parte relevante de este factor de importancia que, por lo tanto, es variable con el tiempo.
El hecho de que un puente tenga asignado un factor implica que las inspecciones se llevarán a cabo con mayor o menor frecuencia y que, por tanto, el puente tendrá una auscultación más o menos intensa (visual, pero también mediante ensayos de control preferiblemente no destructivos, dentro de las inspecciones principales detalladas).
Cuando se aplica un Plan de Mantenimiento para los próximos 15 años para más de 300 puentes, el número de inspecciones se multiplica y se debe ajustar con criterio. Considerando que las inspecciones básicas se plantean con una periodicidad de entre 6 y 20 meses, o que las inspecciones principales generales se planifican entre 18 y 60 meses, el resultado es que hay planteadas más de 1.700 inspecciones básicas, casi 600 inspecciones principales generales y unas 275 inspecciones principales detalladas.
A partir de las inspecciones planificadas y de las actuaciones de reparación periódicas, que dependen de las tipologías estructurales y de las cargas y ambientes a los que se ve sometido cada puente, se obtiene una valoración económica que permite aplicar el Plan de Mantenimiento y los recursos necesarios para llevarlo a cabo.
En la estimación realizada se han aplicado criterios de uso de recursos internos y externos, mediante un análisis multi-escenario, para obtener la solución más aconsejable desde el punto de vista económico.
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