En la actualidad lo común en el mantenimiento de las infraestructuras es actuar de forma “reactiva” es decir, a través de inspecciones visuales de elementos concretos y solo cuando aparecen signos de deterioro a juicio del inspector, se realiza una inspección más detallada. Solo si el daño se considera importante en ocasiones se plantea instrumentar la estructura y proceder a la observación continua de su comportamiento hasta tomar la decisión de intervenir. Un mantenimiento preventivo consistiría en realizar tomar datos de la estructura y actuar antes de que los daños sean visibles o importantes. Un mantenimiento “predictive” pretende además con los datos almacenados hacer predicciones que permitan optimizar las futuras intervenciones y costos de mantenimiento. En el presente trabajo se presentan ejemplos de instrumentación en continua de estructuras que han permitido ambos tipos de mantenimiento preventivo y predictivo. La experiencia de un almacenamiento de enorme cantidad de datos cuando se obtienen en continuo durante meses y años, ha llevado a abordar sistemas de gestión de estos datos que facilitan la comprensión del usuario no especializado. Además el registro continuo de datos está permitiendo conocer el efecto en tiempo real de parámetros como la temperatura que son desconocidos hasta el momento con suficiente precisión. En la figura se presentan valores de la HR y de la temperatura de sensores embebidos en un tablero de un Puente a distintas distancias de la capa asfáltica. Se ha podido comprobar que el tablero no se seca ni en verano, permaneciendo las humedades relativas dentro del Hormigón por encima del 85-90% lo que indica una presencia de agua en los poros capilares. Los trabajos se realizan dentro del proyecto MODELGES, a cuyos miembros se agradece la colaboración, financiados por el Ministerio de Economía y Competitividad en su convocatoria de RETOS-COLABORACIÓN.
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