Santiago Carbó Valverde, Francisco Rodríguez Fernández
Ante la evidencia de desaceleración macroeconómica internacional y europea y la baja inflación, el Banco Central Europeo –en consonancia con la Reserva Federal de Estados Unidos– ha procedido a retrasar los planes de endurecimiento de la política monetaria. Para ello, ha postergado la expectativa de elevación de tipos de interés y ha señalado que se adoptarán nuevas medidas de provisión extraordinaria de liquidez. Las entidades financieras de la eurozona se encuentran entre las que, en conjunto, pueden verse más perjudicadas por estas medidas, puesto que con tipos de interés nominales cercanos a cero se hace más difícil elevar los márgenes de intereses. En este artículo se discute la posibilidad de que esta situación negativa para los bancos pueda relativizarse mediante la articulación de medidas como la elevación de tipos de la facilidad de depósito, habida cuenta que los bancos de la eurozona están pagando en torno a 7.500 millones de euros en concepto de intereses. Sin embargo, también se señala la interferencia que este tipo de acciones puede tener en la señalización de largo plazo (forward guidance) de la pauta actual de política monetaria.
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