La Ilustración fue un movimiento multidisciplinar que nutrió sus esperanzas en la educación, como medio por el cual la sociedad podría sustentar su progreso o en ciertos casos, al menos mantenerlo; pero no todos los ilustrados tuvieron la misma concepción de la educación, pues cada uno de ellos es producto de sus propias circunstancias vitales y de una formación diferenciada. Este es el caso de Joseph Priestley y de Gaspar Melchor de Jovellanos, dos personalidades que, si bien resultan contrapuestas en algunos aspectos, coinciden en otros. El primero, oriundo de una familia artesana de la Inglaterra rural y formado en un ambiente del más puro protestantismo disidente se opone claramente, al menos a simple vista, al segundo, miembro de la aristocracia asturiana y educado en la tradición católica escolástica. A pesar de ello, y esto es lo que se pretenderá demostrar más abajo, ambos son hijos, receptores y difusores de la Ilustración, y desde el punto de vista personal y profesional, tanto uno como otro fueron polifacéticos autores, mantuvieron una estrecha vinculación con sus respectivas confesiones religiosas y terminaron siendo perseguidos por sus afanes de reforma social. Todo ello da lugar a unas visiones sobre la educación muy similares, fundamentalmente, en su oposición al sistema escolástico vigente, y a unas diferencias, hasta cierto punto, paradójicas y, en todo caso, muy influenciadas por sus respectivos pensamientos religiosos.
The Enlightenment was a multidisciplinary movement which deposited its hopes in education as a means to enable society to advance in, or at least maintain, its progress. However, not all figures of the Enlightenment viewed education in the same way since each was the product of their own vital circumstances and training. This is the case of Joseph Priestley and Gaspar Melchor de Jovellanos, who, though quite different in some respects, were similar in others. Born into a family of artisans in rural England and brought up in the strictest nonconformist tradition Priestley is, to all appearances, the complete opposite of Jovellanos, who belonged to the Asturian aristocracy and was raised in the tradition of Roman Catholic scholasticism. Yet, as this article aims to show, both were children of the Enlightenment who imbibed and disseminated its ideas; and both were writers with a broad range of interests who retained close links with their respective religious confessions and ended up being persecuted on account of their zeal for social reform. In consequence, their views on education, heavily influenced by their religious convictions, were at the same time very similar, above all in their opposition to the current scholastic systems, and yet different in sometimes surprising ways.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados