Sevilla, España
Tres grandes vertientes convergen en el debate internacional acerca de la memoria histórica. En primer lugar se halla la estructural dimensión política inherente a la historia y, por derivación, a toda tentativa de poner de relieve un discurso contrahegemónico de la historia. En segundo lugar, las polémicas acerca de la memoria tienen, asimismo, una inmediata y elemental dimensión humana y social, por cuanto afectan, en el presente, a sentimientos íntimos de víctimas, que se han organizado para llevar a cabo sus reclamaciones. En tercer lugar, las controversias acerca de la memoria incumben de lleno a los historiadores, afectan a la propia epistemología de la historia y, en esa medida, tienen una dimensión académica. A este respecto, se distinguen dos posturas antagónicas: la de historiadores que consideran que la memoria no es asunto de la historia ni, por consiguiente, de la atención del historiador, y la de quienes reivindican su opuesto. En este artículo se abordan estas tres vertientes del debate, desde el convencimiento de que es necesario delimitarlas y tenerlas en consideración, no solo para una adecuada comprensión del fenómeno, sino también para intentar encontrar vías que mitiguen, desde premisas democráticas, las tensiones y conflictos generados al respecto.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados