José Iñigo Aguilar Medina, Cesár Rodrigo Moreno Cárdenas
Tanto el discurso gubernamental como parte del generado en el ámbito académico, señalan que las relaciones interculturales han mostrado una constante mejoría, ya que el nivel de estudios de la población indígena ha ido en aumento y cuyo mejor ejemplo se encuentra en la creación de las universidades interculturales.
Este estudio analiza el desarrollo de los conceptos sobre: territorio, identidad y Estado para dilucidar las particularidades con las que se presenta la ecuación de la interculturalidad en México. El estudio encontró que las relaciones entre los individuos de diferente cultura se han caracterizado por ser desiguales y que las variables utilizadas para medirla sólo son dos: lengua e instrucción escolar. Por lo que basta un incremento en ellas para señalar la bondad de la interculturalidad practicada. No obstante, las estadísticas muestran que los mayores índices de pobreza y marginación continúan presentes en todos los municipios indígenas.
Estos hallazgos señalan que la educación no ha reducido los niveles de asimetría, por lo que propone que el análisis intercultural se dé desde una estadística que se caracterice por su perspectiva étnica y que incluya los indicadores del Índice de Desarrollo Humano, para desde ahí, otorgar impulso a las políticas públicas que generen relaciones paritarias.
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