En la actualidad, los nuevos enfoques de atención a personas con discapacidad intelectual, pasan por una intervención basada en la autonomía e integración social del individuo. En esta línea, surgen recursos como las viviendas tuteladas, o pequeños grupos de convivencia integrados en la comunidad. El objetivo del presente trabajo es evaluar las habilidades sociales y la conducta problemática, en un grupo de usuarios de una vivienda tutelada para personas con discapacidad intelectual, a partir de las valoraciones de los profesionales que los atienden. Se contó con la colaboración de tres educadores que observaron y registraron la conducta verbal/ no verbal y la conducta problemática, de seis usuarios de una vivienda tutelada. Para ello, se utilizaron protocolos específicos de observación y se aplicó una escala de valoración del clima y funcionamiento del centro. Los resultados obtenidos, mostraron un mayor grado de desacuerdo entre los observadores para el registro de conductas no verbales, que para la conducta verbal. En la valoración de la conducta problemática, los educadores coinciden en señalar como más preocupante el uso de amenazas por parte de los usuarios, aunque valoran positivamente el grado de control sobre el seguimiento de instrucciones. La heterogeneidad que caracteriza a este colectivo, apoya la necesidad de desarrollar programas específicos de intervención, donde se atienda a las características de los usuarios, las competencias de los educadores y el propio diseño del recurso.
Today, new approaches to care for people with intellectual disabilities proceed an intervention based on the autonomy and social integration of person. In this line, to emerge resources such as sheltered housing, or small groups of coexistence in the community. The objective of the present study is evaluated social abilities and the problematic behavior, in a group of users of a home mentored for people with intellectual disabilities, from appraisement of the professionals who attend them. Was counted with the collaboration of three educators, who observed and recorded the verbal/non-verbal behavior and problematic behavior, six users of supervised housing. For this purpose, specific observation protocols were used and applied a scale of assessment of climate and center functioning. The results obtained, showed more disagreement among observers for non-verbal behaviors register, to verbal behavior. In problem behavior assessment, educators agree how more worrying use of threats by users, although they positively value of user´s tracking control rules. The heterogeneity that characterizes this group, supports the need to develop specific intervention programs, where will attend user’s characteristics, educator’s competence and resource design.
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