En este texto se intenta visualizar la idea de tratamiento sobre la idea de técnica, realidad que nos permite trabajar desde una mirada psicoanalítica en el sector público. También las palabras de este escrito caminan por proponer que es el terapeuta el que debe ir adaptándose a la singularidad del paciente, en vez de ser éste el que se adapta a la teoría o a las reglas formales de los trabajos en el sector público. A la vez, nos introduciremos en derribar los nudos propios que se gestan en la intervención del trabajo en el sector público, tratando tópicos asociados a la demanda de análisis, la identificación y sobre determinación de los diagnósticos, los tiempos de intervención etc. Con lo antes mencionado el intento ultimo de estas palabras versan sobre situar el lugar del analista como una posición ética en desmedro de una posición moral, resaltamos el ser del terapeuta en su escucha y la posibilidad de aprender la teoría para olvidarla en el contexto de análisis, con lo cual se deja una posición moral y se ingresa en la singularidad del paciente, así podemos generar un marco de confianza necesario, real y vivo que pueda descongelar las fallas ambientales del paciente y así éste pueda recuperar la continuidad de su existencia, sin sentirse indoctrinado ni obligado por el narcisismo teórico que hace de los pacientes objetos de las teorías e instituciones, en vez de sujetos de su inconsciente y de la cultura, vale decir que la intervención sea aproximada desde un lugar excéntrico (inconsciente) en vez de un lugar central (yo-consciencia).
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