Hace ya mucho tiempo que la hipótesis de desintegración del tejido social dejó de ser una pesadilla con tintes apocalípticos y se convirtió en una tesis de trabajo bien cimentada. Ni siquiera el tan soñado traspaso al mundo virtual está consiguiendo recuperar lo que se pierde en el mundo "real", condenando a muchas instituciones sociales a una pobreza asociativa que, como es lógico, se ve como una amenaza más que real para su futuro. En el caso de la Iglesia Católica que, en los últimos decenios, ha visto diezmada su base social juvenil. En este artículo trataremos de analizar el fenómeno, aportando tanto las razones compartidas con otras instituciones como las que le son más propias.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados