Peces: estas cinco letras representan una enorme cantidad de trillones de animales pero hasta el día de hoy poco sabemos sobre su vida interior. Ha habido numerosos estudios que muestran de manera impresionante que realmente sienten dolor. A pesar de que carecen de un neocórtex similar al humano, aparentemente otras partes del cerebro de los peces parecen ser responsables del procesamiento de las emociones y la conciencia. Las observaciones de la naturaleza apoyan firmemente la notable capacidad de los peces para llevar a cabo una vida consciente: tienen una excelente memoria y utilizan las marcas de tierra para la orientación, reconocen a los diferentes individuos en su banco y también recuerdan su estado jerárquico en el grupo. Cooperan entre especies e incluso inventan el lenguaje de signos interespecífico. En conclusión, existe una clara evidencia de que los peces son seres conscientes y sintientes y, de hecho, desde 2009 están reconocidos como tales por la UE en el artículo 13 del TFUE. Sin embargo, bajo los aspectos de bienestar de la legislación secundaria de la UE, los peces se incluyen solo en un nivel general muy básico o no se consideran en absoluto. Especialmente teniendo en cuenta el número de individuos de peces y los métodos utilizados en la pesca y la acuicultura, es hora de superar este punto de vista erróneo y otorgarles finalmente la protección que merecen como "seres sintientes" a nivel legislativo pero también en las prácticas y políticas de la pesca y la acuicultura y, no menos importante, en nuestro comportamiento diario.
Fish – these four letters stand for an enormous number of trillions of animals but still up to the present day we only know little about their inner life. There have been numerous studies showing impressively that they indeed feel pain. Even though they lack a human-like neocortex, apparently other parts of the fish brain seem to be responsible for processing emotions and consciousness. Observations from nature strongly support the remarkable capacity of fishes to live a conscious life: they have an excellent memory and use land marks for orientation, recognize the different individuals in their shoal and remember their hierarchical status in the group. They cooperate between species and even invent interspecific sign language. In conclusion, there is clear evidence that fishes are conscious, sentient beings – and indeed since 2009 they are recognized as such by the EU in article 13 TFEU. However, under welfare aspects of secondary EU legislation, the fishes are either only included on a very basic general level or not considered at all. Especially considering the numbers of fish individuals and the methods used in fisheries and aquaculture, it is high time to overcome this erroneous view and to finally grant them the protection they deserve as ‘sentient beings’ – on the legislative level, but also in fisheries and aquaculture practices, policies, and not least in our daily behaviour.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados