El presente artículo examina, en primer lugar, uno de los prejuicios más resistentes de la historia de la literatura -concretamente, el principio de la autonomía genérica- a la luz de las polémicas relaciones mantenidas entre los géneros de la novela y de la máxima. En efecto, la construcción de una intriga y unos personajes es considerada por gran parte de los teóricos y críticos de la literatura como una operación incompatible con la práctica de la escritura sentenciosa -incompatibilidad que parece derivar de una visión empirista de la novela todavía vigente. En segundo lugar, hacemos un repaso de aquellos componentes que en la 'Recherche' "cubren " o "recuperan" la escritura misma de la máxima. Diríase que Proust, consciente de la mala prensa de que goza el género, hace plausible la gran presencia de máximas en su novela convirtiéndolas ya sea en un hábito estilístico (una práctica espontánea de Marcel como narrador), ya sea en una huella artística (una señal que exhibe que el narrador ya está preparado para escribir la obra soñada)
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