La rápida evolución de la inteligencia artificial (IA) permite crear vídeos y audios falsos. A algunos expertos les preocupa que la propagación de la desinformación a través de las redes sociales pueda tener un profundo impacto en el debate público y la estabilidad política.
Los científicos computacionales tratan de desarrollar herramientas basadas en la IA para detectar vídeos falsos, pero van un paso por detrás de los recursos para crear contenidos manipulados. Mientras, los científicos sociales advierten de que no basta con vigilar los bulos a posteriori.
Las noticias falsas escritas constituyeron un problema en las elecciones de 2016 en Estados Unidos. Las investigaciones indican que los vídeos falsos podrían ser especialmente efectivos para inspirar miedo, una emoción que impulsa el contenido viral. Preocupa que ello pueda socavar nuestra confianza en todos los medios, incluso los veraces.
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