No tienen vacaciones. El verano es la épòca del año más fructífera para los cacos y en la que echan más horas. Los especialistas en robos caseros son muy cuidadosos, nunca olvidan los guantes, y de ideas fijas. Siempre entran por un único sitio, sea puerta o ventana, y utilizan las mismas herramientas. Para pasar desapercibidos, sus disfraces preferidos son los de pintor o encargado de mantenimiento.
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