La lectura, que es silencio y soledad, también puede desplegar una importante dimensión social. La necesidad de debatir opiniones, contrastar ideas o compartir experiencias emocionales ha impulsado cada vez más esta vertiente participativa en las prácticas lectoras. Las redes sociales son las que han llevado esta situación más lejos, por el momento; y su irrupción en los usos lectores supone la sunción de un nuevo concepto de lectura literaria canónica. De todo esto trata este artículo.
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