Luscinda, aficionada a la lectura de novelas sentimentales, pastoriles o caballerescas, adopta cualidades de los personajes de aquellas narraciones y alcanza muchas de sus cualidades, desmintiendo así la teoría de muchos moralistas que creían que los libros de ficción corrompen o envilecen a quienes los leen. Una lectio affectiva, o emotiva, que a la larga también mejora a su amado Cardenio y permite salvar su relación amorosa, alejándose así del arquetipo dantesco de Francesca y Paolo.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados