Son muchos los ámbitos de la vida real donde se emplea la simulación como método de entrenamiento, destacando en la medicina, en la obtención de licencias de vuelo o en las Fuerzas Armadas. Entre sus ventajas, se pueden destacar su bajo coste, disminución de riesgos, y la posibilidad de aprender experimentando con un sistema que se asemeja a la realidad. A pesar de estas fortalezas, es preciso destacar que debido a su desarrollo aún incompleto, muchos sistemas de simulación aún no se aproximan en su totalidad a la realidad. Esto provoca que su uso se vea limitado al nivel de desarrollo del sistema.
El empleo de simuladores por parte del Ejército de Tierra es cada vez más habitual. Desde simuladores para la instrucción individual del combatiente en el tiro o en puestos tácticos de vehículos acorazados, hasta el adiestramiento de unidades de entidad Brigada o Batallón.
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