The Future of the U.S. Diplomatic Representations after the Case of Benghazi: The Brittle Relationship between Security and Diplomacy

• Autores: Alberto Priego Moreno
• Localización: The International Journal of Intelligence, Security, and Public Affairs, ISSN-e 2380-100X, Vol. 19, Nº. 2, 2017, págs. 92-111
• Idioma: inglés
• Títulos paralelos:
  • El Futuro de las Representaciones Diplomáticas de Estados Unidos tras el Caso de Benghazi: La Complicada Relación entre Seguridad y Diplomacia
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• Resumen
  • español

    Una de las condiciones para el desarrollo de la diplomacia es la existencia de un clima pacífico. Para crearlo, las misiones diplomóticas y los agentes deben disfrutar de algunos privilegios y de algunas inmunidades garantizadas por el estado receptor. Desde finales de los 70 la emergencia de grupos violentos no-estatales estón cambiando el concepto de seguridad y esta transformación tiene un efecto directo en las relaciones diplomóticas. Para ello, hemos seleccionado tres crisis que pueden afectar a la relación entre diplomacia y seguridad. La primera ocurrió en 1979 en Teherón, la segunda empezó en 1983 en el Líbano y acabó en África Oriental quince años mós tarde y la tercera tuvo lugar en Benghazi con el asalto al Consulado Americano en 2012. Cada crisis ha provocado un cambio en el paradigma de la Seguridad Diplomótica. Las medidas adoptadas por el Departamento de Estado para prevenir futuros ataques lejos de solventar los problemas amenazan el futuro mismo de la diplomacia.

  • English

    One of the conditions for the development of diplomacy is the existence of a peaceful climate. To create this, diplomatic missions and agents should enjoy some privileges and immunities granted by the receiving state. Since the late 1970s, the emergence of violent non-state groups is changing the conception of security, and this transformation has a direct effect on diplomatic relations. We have selected three crises that span the relationship between diplomacy and security between diplomacy and security. The first one occurred in 1979 in Tehran, the second started in 1983 in the Lebanon finishing in East Africa 15 years later, and the last of these crises took place in Benghazi, with the attack on the American consulate in 2012. Each crisis has caused a shift in the paradigm of diplomatic security. The measures adopted by the U.S. Department of State to prevent future attacks, far from solving the problem, are threatening the future of diplomacy.