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Resumen de Perimetría automática y neuro-oftalmología. Correlación topográfica

Francisco José Muñoz Negrete, Gema Rebolleda Fernández

  • español

    El campo visual continúa siendo una exploración clave en el diagnóstico y seguimiento de los enfermos neuro-oftalmológicos. El patrón de defecto campimétrico orienta y en muchas ocasiones permite identificar la localización de una lesión a nivel cerebral. La perimetría cinética manual ha sido sustituida por los métodos automáticos, pudiéndose considerar estándar para el estudio neuro-oftalmológico las estrategias 24-2 SITA (analizador de campos Humphrey) y TOP (Octopus). La perimetría manual sigue siendo útil en la detección del defecto en semiluna temporal en las lesiones del lóbulo occipital y es más precisa para valorar el grado de congruencia de las lesiones retroquiasmáticas. La perimetría de duplicación de frecuencias, aunque útil para la detección de defectos, no permite una tipificación exacta de la lesión. Los defectos del campo visual desde el punto de vista neuro-oftalmológico pueden clasificarse en prequiasmáticos, quiasmáticos y retroquiasmáticos.

    Los defectos prequiasmáticos son estrictamente unilaterales, no respetan el meridiano vertical, a menudo determinan un escalón nasal y asocian una patología ocular habitualmente detectable en la exploración oftalmológica. El patrón campimétrico característico de las lesiones quiasmáticas es una hemianopsia bitemporal heterónima. Las lesiones retroquiasmáticas suelen producir defectos homónimos contralaterales cuyo grado de congruencia aumenta conforme la lesión se acerca al lóbulo occipital. Ante cualquier patrón campimétrico compatible con una lesión quiasmática o retroquiasmática es obligada la realización de pruebas de neuroimagen. En caso de que estas últimas sean normales debemos sospechar patologías poco frecuentes como la enfermedad de Alzheimer, variante de Heidenhain de la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob, intoxicación por monóxido de carbono o isquemia occipital leve, demostrable con tomografía de emisión de protones.

  • English

    Visual fields continue to be a key exploration for the diagnosis and follow-up of patients in neuro-ophthalmology. The pattern of visual field defects helps, and in many cases allows, the identification of brain damage location. Manual kinetic perimetry has been replaced by automated methods. 24-2 SITA (Humphrey Visual Field Analyser) and TOP (Octopus) are regarded as the standard perimetric explorations in neuro-ophthalmology. Goldmann perimetry remains as an useful exploration for temporal crescent detection in occipital lobe diseases, and it could be more accurate and consistent for studying lesions in the post-geniculate pathway. Frequency doubling perimetry could be useful for detecting neuro-ophthalmic visual field defects, but does not provide an accurate characterisation of the lesions.

    From the neuro-ophthalmic point of view, visual field defects could be divided in pre-chiasmatics, chiasmatics and post-chiasmatics. Pre-chiasmatic defects are strictly unilateral, do not respect the vertical meridian, often have a nasal step associated and are usually accompanied by ocular pathology detectable in an ophthalmic examination. The characteristic perimetric pattern of chiasmal disease is bi-temporal hemianopsia. Homonymous contralateral defects are the characteristic perimetric pattern of post-chiasmal disease, and their congruency increases when the lesions are closer to the occipital lobe. Neuroimage studies are mandatory in all patients with a perimetric defect pattern compatible with chiasmal or post-chiasmal lesions. Magnetic Resonance Imaging may be normal in a patient with homonymous defects in Alzheimer's disease, the Heidenhain variant of Creutzfeldt-Jakobs disease, carbon monoxide poisoning and mild occipital ischemia demonstrated by SPECT or PET imaging (Arch Soc Esp Oftalmol 2002; 77: 413-428).


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