La existencia del “hombre en la tierra bajo el sol” es la situación en la que la especie humana realiza su condición habitante y establece vínculos con su ámbito. Esto es habitar. En ello la vida se despliega arquitectónicamente con el cuerpo, el movimiento, la actitud y la acción. Es lo que brota y se percibe como fenómeno por nuestros sentidos y la razón. El observador ignaro lo que capta, son signos de la ar-quitectura que ese habitante derrama desaprensivamente comunicando el sentido que devela la inspiración de su quehacer. Es en este punto donde el análisis semiótico ofrece un camino para indagar en los signos del habitar, un fundamento que oriente la traza de la habitación.
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