Durante los años de la bonanza petrolera, miles de colombianos, incluyendo un buen número de cartageneros, emigraron a Venezuela en procura de mejores oportunidades. Una vez establecidos enviaron remesas que fueron invertidas por sus familias en la mejora de sus viviendas. A largo plazo, el envío de remesas y la capacidad de auto-gestión de los sectores populares ayudaron al desarrollo del parque de viviendas de la ciudad. Este artículo plantea que las remesas enviadas desde Venezuela fueron un factor transnacional que contribuyó a la evolución urbanística de Cartagena. Así mismo, los inmigrantes cartageneros obraron como sujetos transnacionales capaces de incidir en el desarrollo histórico la ciudad a pesar de la distancia, y su legado se convirtió en materia de debate entre académicos vinculados a organismos transnacionales.
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