El edificio es una manifestación compleja de las relaciones que se establecen entre la arquitectura, el paisaje circundante y las arquitecturas productivas asociadas a la actividad agrícola. El conjunto edificado persigue cierta compacidad en su resolución volumétrica, aunque ello no suponga en ningún caso a renunciar a una ocupación del terreno disponible que facilite la jerarquización espacial y funcional de los espacios exteriores. La forma en Y, que nace de un vestíbulo nodal, se evidencia como una alternativa especialmente adecuada para aquella ordenación de los ámbitos exteriores, pero también para facilitar la organización funcional del espacio interior y contribuir a su más fácil percepción y reconocimiento.
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