La organización del programa a desarrollar conduce a la creación de dos volúmenes edificados claramente diferenciados: el primero de ellos es el que contiene en su interior los vestuarios y las dependencias de servicio y, el segundo, es el que alberga las pistas polideportivas. Este carácter dual se pone de manifiesto también en su tratamiento arquitectónico: el primero de ellos de imagen hermética y masiva, con el hormigón armado como recurso básico, y el segundo absolutamente ligero y transparente, con el vidrio y el acero como componentes fundamentales. Las rampas que discurren a lo largo de las dos fachadas longitudinales se convierten en otro de los argumentos fundamentales del discurso de proyecto.
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