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Evolución de la calidad del agua en el río Segura. El sistema tradicional de riego y las obras de aprovechamiento

  • Autores: Joaquín Parra Ruiz, Ricardo Abadía Sánchez
  • Localización: Alquibla: Revista de investigación del Bajo Segura, ISSN 1136-6648, N. 5, 1999, págs. 167-183
  • Idioma: español
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  • Resumen
    • La calidad del río Segura está seriamente dañada como consecuencia de la gran cantidad de vertidos, con escasa o nula depuración, que va recogiendo desde el Azud de Ojós hasta Guardamar. Las vegas media y baja son las que, en mayor medida, sufren los efectos de la contaminación.

      El sistema tradicional de riego en ambas vegas se basa en la reutilización de las aguas sobrantes de los riegos de las zonas más altas. Dicho sistema está formado por un entramado de acequias y azarbes, que toman el agua del río a través de los azudes, distribuyéndola por las acequias que la transportan hasta los campos. El agua sobrante del riego es recogida en los azarbes, pudiendo ser así reutilizada en campos situados en zonas más bajas.

      Las ampliaciones de la superficie de regadío tradicional así como las dotaciones fueron establecidas en el Decreto de 25 de abril de 1953 sobre la ordenación de los riegos del río Segura. Posteriormente, como consecuencia del Trasvase Tajo-Segura, la superficie de regadío aumentó considerablemente, viéndose cortado el río en el Azud de Ojós, para poder abastecer todos los regadíos creados, quedando infradotado todo el regadío tradicional existente. La solución que se viene dando a toda esta problemática son los llamados riegos de socorro, para salvar los cultivos arbóreos, con lo que de una manera inexplicable, hemos desregulado todo el regadío tradicional, pero lo más importante, privando de sus derechos a las tierras a las que pertenece el agua, en beneficio de usurpaciones ilegítimas. Así que resulta un absurdo, oír hablar de que se conceden caudales ecológicos que circulan por el río, cuando de lo que hay que hablar, y obtener, es que por éste discurran las aguas que por derecho constituyen la dotación de la huerta tradicional del río, y que no tiene porqué estar sometida a riegos de socorro esporádicamente otorgados.

      En cuanto a la contaminación, se debe conseguir que las aguas que se devuelvan al río estén totalmente depuradas, y las que proceden del drenaje de las ampliaciones de regadío de la margen derecha, se eliminen directamente al mar mediante un colector que las recoja, evitando su mezcla con las que discurran depuradas por el cauce del río.


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