En 1989 se presentó Vanishing Presence en el Walker Art Center en Minneapolis, una muestra que recogía una amplia selección de fotografías con borrones o directamente borrosas. La exposición establecía el recorrido del borrón desde los efectos producidos por la incapacidad técnica hasta su utilización posterior como recurso intencionado [4]. Esos ’defectos’, como apariciones fantasmales, siguen manifestándose quizá aún más en la era digital. El presente artículo pretende hacer un primer acercamiento a este tipo de imágenes borrosas (digitales y analógicas), su capacidad evocadora y significativa, así como destacar el poder del imaginario gótico (utilizado en su sentido más amplio) para representar los terrores del presente y del futuro
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