Las nanoestructuras periódicas han sido propuestas como materiales artificiales que muestran características únicas. Un ejemplo de este tipo de sistemas, obtenido experimentalmente, consiste en una matriz bidimensional de hilos cuánticos paralelos colocada sobre una matriz similar girada 90 grados. De tal manera, los cruces entre los hilos cuánticos se distribuyen en dos dimensiones, y pueden comportarse como una matriz ordenada de puntos cuánticos. Este sistema se espera que muestre una estructura de bandas particular, dando lugar a interesantes interacciones con la luz que podrían ser útiles para el desarrollo de generaciones futuras de sensores ópticos.
Las nanoestructuras periódicas han sido propuestas como materiales artificiales que muestran características únicas. Un ejemplo de este tipo de sistemas, obtenido experimentalmente, consiste en una matriz bidimensional de hilos cuánticos paralelos colocada sobre una matriz similar girada 90 grados. De tal manera, los cruces entre los hilos cuánticos se distribuyen en dos dimensiones, y pueden comportarse como una matriz ordenada de puntos cuánticos. Este sistema se espera que muestre una estructura de bandas particular, dando lugar a interesantes interacciones con la luz que podrían ser útiles para el desarrollo de generaciones futuras de sensores ópticos.
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