Madrid, España
Un sentido analítico acompaña constantemente a la humanidad en su proceso continuo de perfección. Separar y aislar es un evidente rasgo de inteligencia que se ha manifestado desde la más remota antigüedad. Cuando el hombre se enfrenta al vasto campo de la diversidad del mundo natural, de forma instintiva divide esta diversidad en grupos más pequeños para hacerlos manejables. La clasificación es el método básico que el hombre emplea para enfrentarse al mundo que le rodea. El análisis y la clasificación fueron también utilizados por los hidrólogos, desde los primeros tiempos para ordenar y dar nombre a las diferentes aguas.
Actualmente clasificamos como aguas mineromedicinales oligominerales a las que tienen un residuo seco inferior a 1g/l. A las que tienen un residuo seco igual o superior a 1g/l las clasificaremos como aguas cloruradas, bicarbonatadas, sulfatadas; pudiendo ser, sódicas, cálcicas y magnésicas. Por sus elementos especiales podrán ser también ferruginosas, carbogaseosas, sulfuradas y radiactivas.
Aunque con distintos nombres estos elementos han sido tenidos en cuenta desde las primeras clasificaciones, pero además se han clasificado las aguas en función de otras sustancias a lo largo del tiempo. En la Tabla 1 reunimos estos tipos de aguas según los principales hidrólogos españoles.
En orden alfabético trataremos las aguas con las sustancias que sirvieron para clasificarlas en otras épocas y sus posibles acciones terapeuticas.
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