El Concilio Vaticano II significó una renovación de la Iglesia y una adecuación de la misma a los desafíos de los tiempos modernos. No obstante, son muchos los retos que quedan pendientes en un marco de secularización como el actual. El espíritu del Concilio todavía no se ha plasmado en toda su expresión y quedan cuestiones importantes por dilucidar. Una de ellas es el lugar que debe ocupar el laico en la Iglesia en la nueva evangelización.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados