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Resumen de Políticas de la memoria y políticas del olvido en Europa central y oriental después del fin de los sistemas políticos comunistas

Bruno Groppo

  • español

    Las memorias del comunismo en Europa central y oriental están en el centro del artículo de Bruno Groppo, quien presenta un panorama general de las políticas de la memoria desarrolladas después del fin de los sistemas políticos comunistas. Diferentes de un país a otros, éstos siguen presentando, sin embargo, características comunes, que evocan, en ciertos aspectos, a las memorias elaboradas en muchos países europeos después de la Segunda Guerra Mundial. Se construye, como entonces, el mito de una sociedad víctima inocente, por un lado, y resistente, por el otro. El pasado comunista es visto enteramente en términos negativos, como un periodo de violencia y de terror, y el comunismo se encuentra, en cierto modo, externalizado, es decir presentado como un sistema político carente de raíces en la sociedad, impuesto desde el exterior y sostenido en el poder, exclusivamente, por la fuerza. La responsabilidad de todo es atribuida por completo a la Unión Soviética, así como en 1945 la Alemania nazi era, unánimemente, considerada la responsable exclusiva de todos los males de la guerra mundial recién terminada. Al mito de la víctima inocente se une el de una sociedad casi, totalmente, resistente, que desde el inicio luchó tenaz y heroicamente en contra del comunismo. En las interpretaciones del pasado que están en la base de las políticas de la memoria postcomunista no encuentran lugar aquellos aspectos que contradicen o no están plenamente conformes con la imagen que éstas intentan transmitir. Por ejemplo, el tema del consenso, más o menos amplio, de cual se beneficiaron los regímenes comunistas, es raramente evocado. Lo mismo sucede con otros temas embarazosos, como la participación de sectores de la población, en algunos países, en la persecución y exterminio de los judíos. En suma, las memorias públicas del comunismo son a menudo construidas sobre una distorsión de la realidad histórica.

  • English

    The memories of communism in Central and Eastern Europe are in the center of the article by Bruno Groppo, who presents an overview of the politics of memory developed after the end of Communist political systems. Different from one country to another, they still present, however, common characteristics, evoking, in certain aspects, the memories produced in many European countries after the Second World War. Is built, as then, the myth of a society victim innocent, on the one hand, and resistant, on the other. The communist past is seen entirely in negative terms, as a period of violence and terror, and communism, in a way, externalized, that is, presented as a political system lacking roots in society, imposed from outside and held in power, exclusively, by force. The responsibility for everything is entirely to the Soviet Union; just as in 1945 Nazi Germany was unanimously considered the exclusive responsible for all the ills of the recently ended world war. The myth of the innocent victim joins that of a society almost, totally, resistant, that from the beginning fought tenaciously and heroically against communism. In the interpretations of the past that are at the base of the politics of memory post-Communist memory do not find those aspects that contradict or are not fully in accordance with the image that they are trying to convey. For example, the issue of consensus, more or less broad, which benefited the Communist regimes, is rarely evoked. The same happens with other embarrassing topics, such as the participation of sectors of the population, in some countries, in the persecution and extermination of Jews. In sum, the public memories of communism are often built on a distortion of historical reality.


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