Gabriel José Ordaz González, Maj Britt Mostue
Es preocupante cómo todavía hay docentes (de química) que piensan que la enseñanza es llenar con conocimientos a quienes serían “contenedores vacíos”, es decir, los estudiantes. Posiblemente, esta concepción tradicional-expositiva asumida en la praxis pedagógica contribuye a que la enseñanza de la química esté (o se mantenga) en crisis. El propósito de este ensayo es presentar algunas reflexiones sobre el rol del docente de química a partir de una mejor conceptualización de la enseñanza y del aprendizaje que la ofrecida por la educación tradicional. Esto, como un recordatorio y un llamado de atención para que las personas docentes asuman los retos en la enseñanza de esta ciencia. Una educación, concebida para promover la autonomía en el aprendizaje y la metacognición, obliga al profesorado de química a “enseñar” una ciencia más contextualizada, desde un pensamiento multinivel y con criticismo. Lo anterior, podría contribuir a un mejor entendimiento del conocimiento químico y coadyuvar en los procesos formativos.
It is worrying how still there are teachers (of chemistry) that think teaching means to fill up with knowledge the “empty brains” of students. Possibly, this traditional-expositive approach assumed by those teachers in their pedagogical praxis contributes chemistry teaching is (or keep) in crisis. The aim of this essay is to present some reflections about the role of chemistry teachers according to better conceptualizations of teaching and learning than the offered by traditional education, as a reminder and a call of attention to them to assume the challenges in chemistry teaching. A teaching conceived to promote the autonomy in the learning and the metacognition obligates chemistry teachers to “teach” a science more contextualized, since the multilevel thought and with criticism. This could contribute to a better chemical knowledge understanding, and help the formative processes.
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