Hace ahora cuatrocientos años de la muerte del Greco (1614), un genial pintor cretense que convivió con los notables artistas del Siglo de Oro español. En aquel tiempo, el monasterio del Escorial había sido concluido, Tirso de Molina había escrito su primera comedia, Cervantes había triunfado con su genial novela, Quevedo comenzaba a ser respetado y Lope de Vega arrasaba en los corrales de comedia.
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