El ciudadano de la antigüedad clásica estaba firmemente convencido de la existencia de daimones, espíritus autónomos y fuerzas ocultas que tenían su origen en la naturaleza y, como miembros de ella, estaban presentes, de manera efectiva, en sus vidas. Muchos eran los orígenes de tales creencias, algunos tan antiguos que se pierden en el origen de los propios estados, pero que pervivían con enorme peso en esta sociedades, en ocasiones por encima de la religión oficial.
© 2001-2025 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados