Los sarcomas de partes blandas (SPB) son un grupo heterogéneo de lesiones poco comunes que, en la mayoría de los casos, se tratan de manera similar en un amplio sentido. Sin duda, una barrera para profundizar en tratamientos más individualizados ha sido lo poco frecuente que son estas enfermedades y las dificultades para la realización de ensayos clínicos en enfermedades poco comunes. Sin embargo, con el tiempo han ido observándose matices en el tratamiento para muchas de estas entidades con los tratamientos clásicos, que se describen en este capítulo, y en los últimos años ha venido disponiéndose de más estudios genómicos y biológicos que incorporan nuevos targets o dianas terapéuticas potenciales, de tal manera que tratamientos más específicos podrían ser los más adecuados. Incluso está observándose que en diferentes entidades histológicas pueden tener elementos comunes biológicos o similar tratamiento molecular.
En este capítulo se revisan los matices asociados a los tratamientos de quimioterapia, así como los tratamientos más recientemente aprobados, como la trabectedina, el pazopanib, la eribulina o, más recientemente, olaratumab. Como resultado de ese mayor conocimiento biológico y molecular, hay un número importante de ensayos clínicos y potencialmente nuevas terapias.
Por el momento, la elección de la secuencia del tratamiento más apropiado a lo largo de la evolución en el tiempo en cada subtipo de sarcoma es complejo. La terapia de primera línea continúa basándose en antraciclinas (con o sin ifosfamida en casos seleccionados). De confirmarse los resultados con doxorubicina y olaratumab en el estudio fase III, esta combinación puede considerarse estándar en primera línea. El uso de la trabectedina va mucho más allá de los liposarcomas y leiomiosarcomas (L-sarcomas), ya que se ha observado una amplia actividad antitumoral con este fármaco que, sin duda, tiene un papel prominente en liposarcomas mixoides. La eribulina ha sido aprobada para liposarcomas recurrentes, pero debería estar disponible también para el tratamiento de los leiomiosarcomas.
Pazopanib constituye una segunda o subsecuente línea en SPB y puede ser particularmente efectivo en un grupo de histologías poco comunes, como tumores fibrosos solitarios (SFT), sarcomas alveolares de partes blandas (ASPS) o angiosarcomas, por citar unos ejemplos.
Para un progreso más inmediato, parece esencial continuar con la investigación clínica con estos nuevos agentes introducidos en los últimos años. Muchas preguntas están aún pendientes de ser contestadas con los nuevos tratamientos como posibles terapias de combinación entre ellas; por ejemplo, trabectedina y pazopanib, su actividad en una variedad de sarcomas, así como la identificación de los largos respondedores, en particular con pazopanib, o la identificación de subtipos moleculares que pudieran ser más susceptibles del tratamiento con olaratumab.
Soft tissue sarcomas are a heterogeneous and uncommon group of diseases which have usually been treated, broadly speaking, in a similar way. Important barriers to achieve the objective of treating these patients in a more specific way, has been the rarity of these tumors and the difficulties associated with clinical research in rare tumors. However, many differences in traditional treatments have been observed over the years that will be described in this chapter and most importantly, a growing number of genomics and molecular studies have been incorporating newly potential targets for therapy. As a result of this, a more specific therapy could be the appropriate way to make progress in the different entities. Even recent genomic profiling studies suggest that some different tissue sarcomas may be closely related.
In this chapter, chemotherapy and most recently approved agents, such as trabectedin, pazopanib, eribulin and olaratumab will be thoroughly reviewed.
The correct selection and sequencing of the different treatments available in relation to each sarcoma subtype remains complex at present. In the first-line setting, anthracycline-based therapy, with or without ifosfamide in selected cases, continue to be standard of care. If confirmed in the currently maturing phase III trial, doxorubicin combined with olaratumab would be the standard of care for a wide range of soft tissue sarcomas subtypes. Trabectedin can be used beyond L-sarcomas, it has been observed valuable antitumor activity in a wide range of soft-tissue sarcomas, and in particular, in mixoid liposarcomas, in which trabectedin is particularly effective. Eribulin has recently been approved for advanced and recurrent liposarcomas, but eribulin should also be available for patients diagnosed with leiomyosarcomas.
Pazopanib is indicated as a second-line or subsequent line of treatment in the relapse setting, but it could be especially effective in a number of rare histologies such as solitary fibrous tumors (SFT), alveolar soft part sarcomas (ASPS) or angiosarcomas to name a few.
To make progress it is essential to continue clinical research with these new agents. There are still a number of questions to be answered such as possible combination therapies with these new agents, for instance trabectedin with pazopanib in leiomyosarcomas, their activity in a range of different sarcoma subtypes among others. The particular interest will be to identify long-term responders to pazopanib or to identify molecular subtypes which could be more effectively treated with olaratumab.
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