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Emerson y el escepticismo: Una lectura de ‘amistad’

    1. [1] Universidad de Nuevo Méjico
  • Localización: La Torre del Virrey: revista de estudios culturales, ISSN 1885-7353, Nº. 19, 2016, págs. 44-58
  • Idioma: español
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  • Resumen
    • español

      Conversaciones recientes con amigos y estudiantes acerca del ensayo de Emerson sobre la amistad me han hecho sospechar que, al menos a algunos de ellos, les podría parecer que las perspectivas de Emerson resultan demasiado extrañas o radicales, como si no se tratara de la amistad en absoluto. Otros quedarán sorprendidos al ver sus anticipaciones de Nietzsche, cuyo nombre pongo aquí debido a que, igual que Nietzsche, que fue un lector atento suyo, Emerson es un genealogista y remodelador de la moral. Cuando Emerson critica nuestras amistades ordinarias al escribir que casi todas las personas “descienden para conocerse”, está corroborando, sobre todo por las palabras “casi todas las personas”, la posibilidad o realización de algo mejor que lo que normalmente pasa por amistad. Emerson piensa que nuestras amistades son decepcionantes debido a que la amistad es una virtud elevada y exigente. En sus mejores realizaciones, lleva “el mundo para mí”, tal como él señala, “a nuevas y nobles profundidades, y aumenta el significado de todos mis pensamientos”. Posee la capacidad de romper las barreras entre la gente, cancelando “los gruesos muros del carácter individual, la relaciones, la edad, el sexo, la circunstancia”. La amistad es un gran unificador, el criado de lo que Emerson llama “sobrealma” o “unidad”.

      5 Pero, como Emerson dice en su ensayo sobre ‘Montaigne o el escéptico’, “hay dudas”. Sus dudas sobre las amistades son el tema principal del siguiente ensayo.

    • English

      Recent conversations with friends and students about Emerson’s essay on friendship lead me to suspect that at least some of you will find Emerson’s views so strange or radical as not to be about friendship at all. Others will be struck by his anticipations of Nietzsche, whose name I introduce here because like Nietzsche, who read him carefully, Emerson is a genealogist and re-fashioner of morals. When Emerson criticizes our normal friendships by writing that we mostly “descend to meet”, he is recording the possibility, indeed with the word “mostly”, the actuality, of something better than what normally passes for friendship. If Emerson finds our friendships disappointing, that is because he thinks that friendship is a high, demanding virtue. In its best actualizations, it carries “the world for me”, as he puts it, “to new and noble depths, and enlarge[s] the meaning of all my thoughts”. It has the capacity to break down the barriers between people, canceling “the thick walls of individual character, relation, age, sex, circumstance”. Friendship is thus a great unifier, a servant of what Emerson calls the “Over-Soul” or “Unity”. But, as Emerson says in his essay on ‘Montaigne: or the Skeptic’, “there are doubts”. These doubts about friendships are my main subject in the following essay.


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