Las actividades agrarias como consecuencia de las transformaciones socio-económicas que se producen desde los años cincuenta han experimentado notables mutaciones tanto desde el punto de vista de los aprovechamientos y de los cultivos dominantes.
Cambios a los que debemos añadir en las áreas litorales la difusión de nuevos usos, como son los turístico-residenciales, que ejercerán una gran competencia por el uso de los escasos recursos hídricos disponibles. La evolución citada, junto a los dificultades para comercializar la producción, se ha traducido en la progresiva reducción de la superficie cultivada y de los activos. La problemática descrita trata de ser paliada con una serie de actuaciones entre las que destacan la modernización de las estructuras agrarias (R.D. 808/87, 1887/89 y 204/96) dada la relevancia que el sector agrario tiene en la comarca de la Vega Baja.
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