Hotel OD Barcelona
- Autores: Víctor Rahola
- Localización: On diseño, ISSN 1695-2308, Nº. 383, 2018
- Idioma: español
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Resumen
Más allá de su indudable valor arquitectónico, esta propuesta se caracteriza por el profundo análisis de su situación urbana, así como por la búsqueda de unos espacios interiores en el interior de la manzana, siguiendo el guión que en su día había propuesto Ildefons Cerdà.
Históricamente en Barcelona, y más concretamente en el Ensanche, debido a la profundidad edificable admitida y a la saturación de los interiores de manzana, así como a la construcción de almacenes y comercio, se ha discriminado de forma taxativa lo privado de lo público, impidiendo la posible transparencia entre calles, patios de manzana o pasajes a través de patios particulares. Esta condición de permeabilidad que en un principio estaba implícita en la propuesta de Ildefons Cerdà, con el tiempo ha desaparecido. Su recuperación es y será una apuesta de gran valor respecto al espacio urbano.
Por este motivo, repensar los usos que permitan una mejor comunicación entre lo público y lo privado representa un cambio positivo en la estructura del espacio urbano y en todo el entramado de relaciones que se crean. Fundamentalmente es un proceso de “sensualización” del espacio sobre el que se desarrollan las actividades ciudadanas.
En este sentido, el proyecto tiene en cuenta las características bien diferenciadas entre las calles Aragó y Roger de Llúria y el pasaje Méndez Vigo, a la vez que se establece una relación entre ellos, interponiendo un espacio muy fluido donde se sitúa el bar, restaurante, salones y vestíbulos del hotel con un tratamiento vidriado en toda la planta baja para permitir la transparencia entre espacios públicos y privados.
En una situación céntrica y próxima al Paseo de Gracia, se realiza la reforma y cambio de uso de la antigua empresa de Carburos Metálicos en un hotel de cinco estrellas. Mediante el acceso principal por la calle Aragó se percibe esa relación de usos y privacidad gracias a una planta baja diáfana concebida en dos niveles, que goza de la vegetación del espacio exterior que colinda con el pasaje para crear un ambiente más agradable y privado. Es por ello que una parte del restaurante se sitúa en la terraza, dando la posibilidad a la programación de eventos al aire libre.
En la distribución por plantas, el número de habitaciones es variable dada su volumetría escalonada, y van desde las 21 habitaciones dobles en las primeras plantas, hasta las 12 de las plantas quinta y sexta, cuyas suites se sitúan en los extremos. Además, a causa de la configuración de la planta, todas ellas son distintas tanto en superficie como a nivel formal. Aprovechando la geometría del edificio existente, se ha proyectado un jardín en las terrazas de las plantas tercera y quinta, respaldado por una fachada vegetal más amable con el pasaje Méndez de Vigo.
Las fachadas que rodean las calles de Aragó, Roger de Llúria y el pasaje Méndez de Vigo se mantienen con el mismo despiece de piedra y la misma composición que el edificio existente. Sin embargo, se substituyen las carpinterías antiguas por unas practicables que garantizan la ventilación de las habitaciones así como la privacidad gracias a un filtro textil instalado en el mismo cristal.
