Resumen de Torre Cube 2. Edificio de Oficinas. Royal Country
La concentración de una serie de edificios en altura en un mismo sector urbano es el argumento que se maneja en este interesante proyecto, con el objetivo de singularizar su presencia a partir de su geometría icónica.
Una torre siempre tiene una voluntad de singularidad, y su valor escultórico es su característica más preciada.
En este caso, no se quiere desvincular este valor escultórico de su expresión estructural. El proyecto parte de la idea de que cualquier juego de equilibrios, cuyo funcionamiento podamos entender, acabará reflejando una tensión que es también armonía.
Puesto que el edificio se encontraba muy próximo a dos torres de similar altura, el proyecto decidió diferenciarse de ellas inclinando la torre hacia la calle principal, movimiento que constituye la expresión icónica del proyecto.
Partiendo de un paralelepípedo, dos juegos de pantallas de hormigón forman un ángulo agudo y dividen el edificio en dos triángulos libres de pilares interiores.
Estas pantallas son el principal elemento estructural. Una gran jácena inclinada apea los pilares de fachada en planta baja y ayuda a conformar la entrada al edificio. La geometría de esta jácena proporciona la pauta de la inclinación que seguirá el brise-soleil de la fachada, buscando con ello una imagen de esbeltez. La expresión formal de estos juegos de equilibrio es resultado de inclinar la torre hacia delante y configurar la fachada con líneas geométricas nunca paralelas al suelo.
